miércoles

Las clases medias en la literatura española


Ilustración de Fernando Vicente

Una vez me acerqué a Trapiello. Y no lo terminé. Se pasó un mes derrengado sobre el sofá de cuero que, debido al uso, más parece sofa tapizado en denim a la piedra.


Otra vez me acerqué a Juan Eduardo Zúñiga. Y no lo terminé. Se me aparcó entre dos novelas, en un estante volado sobre mi cabeza, al que llegó con la ayuda de una escalera, que ya no poseo.


Ando, a regañadientes, con Paradoja del interventor, de Gonzalo Hidalgo Bayal, poniendo la vista sobre la hoja de la contraportada y deseando que llegue el 20 de enero y tenga que devolverlo a la biblioteca.


Se hicieron eco de la poca repercusión que tienen algunos escritores hispanohablantes entre el gran público. Y elaboraron la lista de aquellos que ya podrían haber saltado el muro del cuasi-anonimato que padecen entre la mayoría de los cerca de veinte millones de lectores habituales con los que cuenta España. Si pudiéramos conocer los datos de otros países como México, Venezuela o Colombia, las cifras de público potencial para estas loadas plumas se dispararía hasta el infinito.


Algunos de ellos los he mencionado más arriba. Quedaría por mencionar, dentro de mi conocimiento limitado, como la cocacola de 220 ml que nos colocan en el bar, a Marcos Giralt. El otro día, hablando con mi mujer, le pregunté si recordaba París, a lo que me contestó: Nunca me has llevado. Le aclaré que me refería a la novela del flamante premio de Narrativa, Marcos Giralt, a lo que me contestó: No la recuerdo. ¿La tenemos en casa?


Para Reyes tuve la tentación de regalarle a alguien uno de los libros de Esther Tusquets. Mi mujer le echó un vistazo a las cuatrocientas páginas y me dijo: "Forma parte de una trilogía." 


Le compramos Los enamoramientos, de Javier Marías, que además incluía un cuaderno de notas y un texto de la Comedia humana, todo muy bien retractilado y por el módico precio de diecinueve con algo.


El listado de escritores y obras que recogía el artículo del periódico, al que se añaden una decena más, sembrados entre las palabras del texto que puedes consultar:


Jaume Cabré, Yo confieso (Destino). 
Francisco Ferrer Lerín, Familias como la mía (Tusquets). 
Gonzalo Hidalgo Bayal, Conversaciones (Tusquets). 
Justo Navarro, El espía (Anagrama).
Irene Gracia, El beso del ángel (Siruela). 
Menchu Gutiérrez, El faro por dentro y La niebla (Siruela). 
Ramiro Pinilla, Cuentos (Tusquets). 
Andrés Trapiello, Apenas sensitivo (Pre-Textos). 
Esther Tusquets, Pequeños delitos abominables (Ediciones B). 
Juan Eduardo Zúñiga, Brillan monedas oxidadas (Galaxia Gutenberg). 
Andrés Barba, Muerte de un caballo (Pre-Textos) y Agosto, octubre (Anagrama). 
Nuria Barrios, El alfabeto de los pájaros (Seix Barral). 
Joaquín Berges, Vive como puedas (Tusquets). 
Marcos Giralt Torrente, El final del amor (Páginas de Espuma) y Tiempo de vida (Anagrama). 
Luis Magrinyà, Cuentos de los 90 (Caballo de Troya) y Habitación doble (Anagrama). 
Antonio Orejudo, Un momento de descanso (Tusquets). 
Javier Pérez Andújar, Todo lo que se llevó el diablo (Tusquets). 
Isaac Rosa, La mano invisible (Seix Barral). 
Marta Sanz, Black, black, black (Anagrama). 
Francesc Serés, Cuentos rusos (Mondadori).


Seguro que cada autor tiene la capacidad de imbuirnos en sus mundos. Aunque soy de la opinión que no logrará persuadir a todas las personas al mismo tiempo. Hay mundos tan duros.


Dejo unos párrafos del texto que devolveré el 20 de enero, como ya mencioné. Como es viernes, quizás lo devuelva antes. Para que lo sufra disfrute otro lector de las clases medias en literatura.


Gonzalo Hidalgo Bayal, Paradoja del interventor, Tusquets editores, colección andanzas


"Y el viajero vio la taza humeante sobre el mostrador y dio tiempo al reposo y después probó un sorbo, un café pésimo, sin sabor, sin aroma, pura destilación hirviente de la desventura y la indigencia, atisbos negros (y tal vez no menores) de su propio, aciago porvenir." (p.47)


"Tal vez fuera entonces o desde luego no mucho más adelante(alguien también, sin duda, lo vio frente a la imprenta, tal vez el dependiente de un almacén de coloniales que a veces lo socorrió con esquirlas de bacalao en salazón) cuando empezaron a correr rumores y a multiplicarse en torno al interventor noticias sacadas del fondo del desconocimiento, de los entresijos del miedo o de la culpa, de la necesidad humana de encontrar nombres y causas para lo inexplicable o, mucho más probablemente, de la mera existencia del sobre azul y del cuaderno negro. A menudo en estos casos se ofrece un punto de vista doble: cuando un individuo es desconocido entre conocidos, cuando se siente extraño y es ajeno, cuando mira en torno y no reconoce nada, termina siendo conocido como el desconocido, en el desconocimiento radica la raíz de su conocimiento, sólo se conoce su desconocimiento y así surgen las invenciones, los rumores, las leyendas, el misterio y la épica menor. En este sentido, del interventor se dijeron muchas cosas, seguramente todas las cosas, las verdades y las mentiras, la realidad y las ficciones, viniendo a la postre a demostrar que el hombre es un enigma imposible de descifrar en el que confluyen demasiados vértices: las intuiciones ajenas, los relatos anónimos, las hipótesis, las pruebas verificadas y las pruebas sin verificar, los testimonios directos, las versiones indirectas de los testimonios, las invenciones afortunadas o malintencionadas, la doble cara, en fin, de la verdad y la mentira, lo falso y lo verdadero de la mano en toda realidad y en todo hombre."(p.109-110)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo de esta lista conozco (y recomiendo) las siguientes novelas:

El alfabeto de los pájaros de NURIA BARRIOS (Tierna y original)
Vive como puedas de JOAQUIN BERGES (Muy divertida, ágil y emotiva: un descubrimiento).
La mano invisible de ISAAC ROSA (Reflexiva y actual)

Son 3 novelas perfectamente recomendables.

Saludos
Dora la Lectora

SIMPATIA LABORAL dijo...

Muchísimas gracias por dar noticias de las obras, Dora la Lectora.
Las buscaré en la biblioteca. Seguro que encuentro alguna de ellas.
Un beso. Gracias de nuevo.